domingo, 14 de noviembre de 2010

Carta a un amigo




Texto Rescatado
Escrito el día 24 de Marzo de 2007

Hola, esta es una carta que le escribí a un gran amigo, el silencio de la noche. Que lo disfrutéis, y no olvidéis responder a las preguntas.

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CARTA A UN AMIGO

Cerré mi ventana para evitar que entrara el frío en mi habitación. Recosté mi espalda para descansar, el incienso encendido y la cálida llama de la vela aromática iluminando el habitáculo. Sonidos de fondo que me evaden del mundo, visiones de seres extraños hablándome e intentando decirme algo para alegrarme. Quizás sea tarde, me recuerdan las cartas que sobre el escritorio se apilan una tras otra. Quizás sea pronto, me recuerda el tic-tac del reloj al pasar el tiempo y darme cuenta que la vida continúa y que no se detiene ante mi tristeza. Que una lágrima brotando y bajando por mi mejilla llegando a mi pecho, no debería significar demasiado, que un llanto ahogado, que mil palabras sin decir, muertas en el limbo, que un sin fin de días que recordar, de alegrías por las que soñar.

Al relajar mi mente y dejarla libre de malos recuerdos, de tristes pero útiles a su vez momentos, al poder sacar la paciencia que me caracteriza y con la que he hecho gala de esperar largos períodos de tiempo por una simple sonrisa, aun siendo su coste años de dolor intenso, que si en una balanza hubiese puesto lo bonito y lo no tanto, sería incapaz de encontrar equilibrio en su peso, pues fue tan duro el trayecto para alcanzar el otro lado del inmenso lago, tan agotado terminé de avanzar sin hallar el final de mi hazaña, que la penumbra que acompaña a la muerte inmunda, dejó caer con toda su fuerza su guadaña entre mi corazón y el de aquella diosa ya moribunda. Tanto cambio en tan poco tiempo, tanto amor olvidado y lanzado por el abismo. Deseaba desaparecer, pues mi meta en ese momento no era más próxima al averno porque seguía vivo, y el motivo por el que tan seguro me sentí no fue más que el notar que mi dolor tanto mental como carnal era fruto de mi enfermedad. Los síntomas son simples de reconocer, no tiene complicación alguna, si te paras a pensar en un lugar tranquilo en el que poder meditar, podrás realizar la prueba que te dirá el resultado o el grado de tu salud de enamoramiento. Y tranquilo, éste documento no es falso, ni mucho menos. Pues tu mismo podrás ponerte a prueba.

Empecemos, realiza el primer ejercicio, cerrando los ojos e intentando desconectar del mundanal ruido, de la maldad, conecta con tu corazón. ¿Qué ves? Si no ves nada, quizás será mejor que dejes de leer esta parrafada, tu alma está fría cuando no muerta, pues no sientes nada ya que todavía no has encontrado a tu alma gemela. Si por lo contrario la ves a ella, prepárate para lo mejor. ¿Por qué la ves a ella y no a otra mujer cualquiera? Fácil amigo, porque crees que ella es la más bella, con la que sueñas aun que no recuerdes, la que te hace sudar al verla, por la que matarías si con ello consiguieras estar a su vera, …

Ahora, respira hondo, ¿Qué hueles? ¿Quizás su perfume? O ¿su aliento? Recuerdas el tacto de su piel, el escalofrío que te recorre por dentro y el movimiento con el que tu sexo se eleva deseando fundirse en un solo ser, ésta, como cualquier otra noche, pero siempre con ella. Tranquilo amigo, si todavía no has tenido la oportunidad de sentarte a su lado y disfrutar de lo que éste defraudado del amor te cuenta, y como mucho se acerca a uno de tus sueños más picantes a la derecha de aquella a la que deseas, sigue leyendo, pues sabrás que el amor no es el estar o no juntos, el haber tenido experiencias unidos, el haberos fundido en uno y volado después cogidos mientras estáis tan pegados que su pecho casi atraviesa tu espalda; si no que va mucho más allá. La conoces y ella sabe que existes, pero que triste es notar que nos ignora, ¿verdad? ¿Por qué no puedo llamar su atención? Te preguntarás… Querido amigo, es obvio, tu ocupas tu lugar, quizás tan secundario, que jamás probarás la miel de sus labios. Ahora bien, si por su contra te ves con oportunidad de hacerlo, coge pequeñas cucharadas, no sea que el tarro derrame toda su savia y se acabe pronto ese magnífico cuento de hadas. A veces, las prisas son nuestro peor enemigo, y la calma exacerbada la caída de nuestra alma al infierno más pesimista de los habidos.

Nadie sabe por qué, pero ahora tú estás aquí leyendo este texto, ¿Qué buscas? ¿Amor? ¿Alguna respuesta? Ojala te la pudiera ofrecer, pero ando tan perdido como tú. Una vez tuve la oportunidad de contárselo a la luna, pero no me quedé satisfecho con su aclaración, puede que no supiera plantear mi duda, pero la pregunta era tan clara como una pequeña gota de lluvia, ¿Qué es el amor? Amigo mío, si encuentras la respuesta compártela conmigo, ando demasiado perdido, pues mi corazón late algo descompasado y mi espíritu se tiene como perdido en medio de una guerra entre amor y cordura, entre sentimientos y locura. Y es normal, tras darse pararse a pensar. Un verano loco acompañado de noches sin freno, de fiestas hasta el amanecer y cada vez que en una de esas terrazas al aire libre miraba al cielo, recordaba tantas cosas pasadas, tanto la he añorado, que ahora la odio por seguir siendo dueña de mi corazón. Si piensas que el invierno se acerca aun estando a las puertas del verano, entonces estás a mi lado. Llamarla egoísta o ladrona por quedárselo y no devolverlo para poder remontar el vuelo lo es lo más indicado, pero siento el hueco que ha dejado, y duele tanto que si intento gritarlo a los cuatro vientos me quedo sin aliento antes de terminar de decir “Te quiero”.

Querido amigo, me siento ya sin ganas de seguir escribiendo, por hoy basta de lamentos. Me desahogué un rato contigo, gracias, siempre te estaré bien agradecido por que leas mis llantos provocados por la inmensa pena que siento en mi interior. Sabes que mi corazón no está roto, si no que sigue vivo muy lejos de su sitio, en algún lugar que hace ya algún tiempo me abrió sus puertas. Qué fácil suena, ¿verdad? Tan solo con caminar un poco y estaría cerca para poderlo recuperar, pero, querido amigo, tampoco tengo las llaves con las que lograr mi meta, recuperar a lo que tanto he querido, a quien tanto he amado.

Siempre para lo que necesites, un amigo.
Alex

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