Texto rescatado
Escrito el día 10 de Mayo de 2007
Abro los ojos y todo lo que me rodea me trae recuerdos de cuando estabas cerca. Tu perfume abrazando mis sábanas, tu cara en la foto, mirada cálida, saliva dulce corazón roto.
Te prometí el cielo y sus estrellas, pero no esperaste a ellas. No prestaste atención a su belleza. El tiempo corre y no espera y tú desperdiciaste cada segundo pensando en él. Fría como la hiel, bella como una puesta de sol, triste cuan niño mutilado y sin piel, pegajosa al hombre como la miel, ojos claros como la mar, pelo anaranjado como la vista al despertar.
Anteponía todo a mí, pus tercer plato fui. Marchaste con mi fuerza y mis ganas de vivir, tras de ti mi corazón corría, pero lo ignoraste, pues el tuyo se enamoró de aquél que mereces. Te trata como una princesa, te crees importante a su lado, pero nunca cierres los ojos, para él eres como una compresa. Ahora te necesita y mañana te desecha. Aprovecha el trecho que divide nuestros pechos, cuelga el teléfono para no escuchar a mi alma en pena. Hazte la sorda y no menciones lo que le hiciste a este pobre diablo. A este pobre diablo que solo busca un por qué a tu acto desangelado. Congelada cuan hielo me quedé y destrozada al verte desaparecer. A tú parecer no es más que un paso hacia delante, ahora soy yo el que no te quiere ni ver. Va a ser que tuve razón, te toca retroceder, pero ahora soy yo, el que no está dispuesto a ceder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario